Una de las funciones principales del ácido hialurónico, presente de forma natural en todas las células del cuerpo humano, es la retención del agua. De esta forma, las células consiguen mantener su turgencia y elasticidad. También tiene propiedades antienvejecimiento ya que participa activamente en los procesos vitales de una célula. Posee un gran potencial regenerador, contribuyendo en la eliminación de radicales libres, mejorando el estado de la piel y protegiéndola frente a los rayos ultravioletas del sol.